El actual auge del petróleo en la Pérmica es una historia de una infraestructura tóxica y creciente, injusticia ambiental, y exceso climático. Cada uno de esos temas en sí, son más que suficiente razón para parar la extracción en la Cuenca, pero juntos, son la Bomba Climática en la Cuenca Pérmica.
De principio a fin en esta página web le daremos seguimiento a los desarrollos, impactos, y posibles futuros del gas y petróleo de la Cuenca Pérmica. Vamos a explorar el impacto climático del auge de la Pérmica, la salud pública, el medio ambiente, la economía, y el impacto social del fracking, el enlace que la Cuenca Pérmica tiene a la injusticia ambiental y expansión de petroquímicos en la Costa del Golfo, y del flujo de hidrocarburos de la Pérmica a mercados de exportación. Nosotros seguiremos monitoreando y destacando el desarrollo de infraestructura que permite la expansión, como las tuberías y terminales de exportación, y levantar a la gente que está confrontando este asalto que esta infraestructura pone en las comunidades.
Para salir de la catástrofe climática, la producción y el consumo del petróleo y el gas tiene que declinar. Lo opuesto está ocurriendo en la Cuenca Pérmica. La producción se ha más de cuadruplicado en la última década, y a pesar de la crisis del COVID, se espera que crezca de forma agresiva en la siguiente década. El destetamiento de Estados Unidos y el mundo del petróleo y el gas es mucho más difícil si la producción sigue creciendo. Todavía, la Cuenca Pérmica puede producir más petróleo, gas, y líquidos gaseosos en los siguientes 30 años, que en el último siglo.
“Cada hidrocarburo incremental producido [en la Cuenca Pérmica] de este día para adelante - sea petróleo, líquidos o gases, tiene que ser exportado”. El ejecutivo de LNG que hizo esta declaración no estaba equivocado. En el 2020, más del 28% del petróleo crudo de los Estados Unidos fue exportado, la gran mayoría de esas exportaciones provienen de la Pérmica. Esa cifra era el 4% antes de que las restricciones a la exportación de petróleo crudo se levantarán en el 2015. El crecimiento explosivo en la Cuenca Pérmica simplemente no pudo haber pasado si no se hubiera levantado la prohibición de exportación, las refinerías Estadounidenses no podrían absorber tanto petróleo.
De la misma manera, la producción de gas creciente que ha acompañado la perforación petrolera de la Pérmica, ha excedido la demanda de Estados Unidos. Como resultado, un número masivo de instalaciones de procesamiento y exportación de LNG están planificados para la Costa del Golfo de los Estados Unidos.
Mientras que los líquidos gaseosos generalmente se procesan en los Estados Unidos, las exportaciones de propano y etano se han disparado, junto con las materias primas que alimentan el auge de los plásticos.
Estos tres hidrocarburos diferentes requieren cada uno diferentes tuberías para transportarlos de la Cuenca Pérmica a las instalaciones de exportación en la Costa del Golfo. Esto ha llevado a una construcción sin precedentes de tuberías en los últimos años, así como a una gran cantidad de plantas de procesamiento y otra infraestructura industrial. Aún se planean más.
Enormes cantidades de líquidos gaseosos son producidos como subproductos de la perforación petrolera en la Pérmica. En alrededor de 1,5 millones de bpd (barriles por día), la Cuenca Pérmica produjo más líquidos gaseosos en el 2019 que cualquier otro país o Cuenca en el mundo. Estos líquidos gaseosos tienen que ser separados del petróleo y el gas, transportado en tuberías dedicadas, y luego procesado en productos separados, incluyendo el etano, propano y butano, entre otros.
La abundancia del etano que proviene de la Cuenca Pérmica está alimentando una explosion en el procesamiento y fabricación de plásticos a lo largo de la costa del Golfo. Las comunidades que ya están cargadas con plantas químicas tóxicas están viendo expansiones y nuevas plantas que elevan su carga tóxica más alto que nunca. Este auge de la producción de plásticos ignora la protesta de las comunidades y los gobiernos de todo el mundo por la crisis de la contaminación plástica, que ya está abrumando los océanos del mundo, amenazando la supervivencia de innumerables especies y causando un daño inconmensurable a la salud pública y los ecosistemas en todo el mundo.
El aumento del etano barato ha desplomado el precio de los plásticos vírgenes, interrumpiendo el mercado de materia prima de plástico reciclado y socavando los intentos de mejorar las tasas de reciclaje de plástico y desarrollar una economía circular.
Más de dos millones de personas llaman hogar a la Cuenca Pérmica. Con demasiada frecuencia, las comunidades de primera línea se consideran corderos sacrificiales para apuntalar la bomba climática de la Pérmica. En cada fase del proceso de producción del petróleo y el gas, los operadores apeligran las comunidades en las que hacen sus negocios. Los mismos problemas que crean la bomba climática del Pérmico causan problemas de salud en las comunidades cercanas a la infraestructura de petróleo y gas, especialmente la contaminación del aire. Muchas veces, estas comunidades marginadas están intentando resistir a estos gigantes de industria, con resultados mixtos. Personas y comunidades son forzados a confrontar masivas operaciones de petróleo y gas que tienen robustos equipos de abogados, y en algunos casos tienen que contender con vecinos que perciben el petróleo y el gas como sus únicas posibilidades de sustento.
El crecimiento de producción no es la única razón por la que la Cuenca Pérmica plantea tal amenaza a nuestro clima. El modelo de negocios de la industria del fracking junto con una regulación ambiental insuficiente conducen a cantidades masivas de gas de metano sea ventilado y acampanado, haciendo que las operaciones de petróleo y gas en la Pérmica sean de las más sucias en el mundo. La intensidad de la perforación, agua, arena, y uso químico, y la falta de supervisión regulatoria está convirtiendo la Cuenca en un baldío industrial. La calidad de vida de muchos residentes se está deteriorando como todo desde la agricultura, ganadería, turismo y recreación, y salud básica y seguridad se ha convertido en secundario a la búsqueda de crecimiento de la industria.
Las acciones están en inglés. Siéntase libre de tomar medidas, pero sepa que toda la comunicación de seguimiento será en inglés.
President Biden claims he wants to combat the climate crisis and make environmental justice a core part of his legacy, but his agencies are approving permits for pipelines, export terminals, refineries, petrochemical facilities, and other fossil fuel infrastructure.
Join us to demand President Biden immediately deny new oil and gas infrastructure permits.
Fracking is driving fossil fuel expansion and environmental injustice in the Permian Basin and the Gulf Coast, but it doesn’t have to be that way. Congress can ban fracking nationwide, which would make a tremendous impact limiting harms in the Permian.
Join us to urge your Member of Congress to cosponsor the Fracking Ban Act.
The Permian Basin extends onto federal public lands, where the Department of the Interior holds jurisdiction. President Biden has committed to end new fossil fuel leases and permits on public lands, but he hasn’t yet followed through on this promise.
Join us to demand the Department of the Interior end new oil and gas permits on public lands.
Grassroots groups on the frontlines of the Permian Basin’s exploitation are protecting their communities, fighting back against the fossil fuel industry, and working for a just transition. They are underfunded and addressing systemic crises of racism, disinvestment, mounting climate impacts, and more.
Donate to the grassroots groups leading this fight.
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